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¿Te cuesta mantener hábitos? Apílalos y transforma tu vida

¿Cómo apilar hábitos para mejorar tu productividad? ¿Te ha pasado que intentas incorporar un nuevo hábito en tu rutina, pero con el tiempo lo abandonas? La clave está en la forma en que los introduces en tu día a día. En lugar de intentar crear hábitos aislados, puedes integrarlos a los que ya practicas de manera automática. Esto se llama habit stacking o apilamiento de hábitos.

Un hábito nace en el momento que nuestro cerebro recibe un mensaje, que se fortalece a través de la repetición y la asociación con otros hábitos ya establecidos, para construir rutinas más efectivas sin esfuerzo. Este proceso tiene una base científica respaldada por estudios en psicología del comportamiento y neurociencia. 

Esa rutina que ya hacemos de forma automática, es la que aprovechamos para incluirle pequeños cambios -un hábito nuevo-, sin que parezcan una carga o sientas que te estás esforzado demasiado. Así es como creamos apilamiento de hábitos.

Hace más o menos siete años, me plantee aumentar la cantidad de agua que bebo a diario y encontré una formula que me resultó efectiva. Cada mañana al entrar a la cocina para preparar el desayuno, bebo dos vasos de agua.

¿Por qué me resultó sencillo adoptar el hábito de beber agua en ayunas? Porque uní un hábito que ya tengo a otro que quería adoptar. Eso es el «habit stacking» o «apilamiento de hábitos», que consiste en aprovechar rutinas establecidas para integrar nuevas acciones de manera más fluida. 

Esto resulta útil porque nuestro cerebro reconoce el hábito existente y le resulta más fácil añadir otro sobre él. Es así de sencillo. Visualízalo como una cadena con dos eslabones. El primer eslabón es el hábito que ya tienes, y el segundo, es el nuevo que unes al primero. Así creamos rutinas efectivas para que duren en el tiempo. 

Un día conversando con mi amiga Eva, me comentó que había encontrado la clave para escribir todos los días en su diario de gratitud. Después de desayunar, iba a su habitación, hacía la cama y luego se sentaba a escribir su gratitud diaria. 

Sin saberlo, ella también estaba utilizando el apilamiento de hábitos. Es decir, tomó un hábito ya incorporado  —hacer la cama después del desayuno—y le añadió otro: sentarse a escribir en su diario de gratitud, integrándolo así como parte de su rutina matutina.

Sin embargo, he decirte que no cualquier hábito te va a funcionar para enlazar con otro. Entonces, ¿cómo apilar hábitos para mejorar tu productividad y seleccionar los dos que sean más adecuados? Aquí te doy algunos tips para que el apilamiento de hábitos o habit stacking se transforme en rutinas efectivas que duren en el tiempo:

1. Relación lógica entre hábitos – Los hábitos deben complementarse de manera natural. Si se conectan de forma intuitiva, es más probable que se mantengan en el tiempo. Por ejemplo, hacer la cama y luego escribir en un diario tiene sentido, pero intentar unir “hacer ejercicio” con “leer un libro” al mismo tiempo podría ser complicado.

2. Mismo contexto o ubicación – Lo ideal es que los hábitos sucedan en el mismo lugar para facilitar la transición. Si requieren moverse entre espacios distintos, la conexión puede perder fuerza. Por ejemplo, Si el primer hábito lo haces en la cocina y el segundo en tu escritorio, la transición puede ser menos fluida.

3. Tiempo adecuado entre ellos – El nuevo hábito debe encajar bien después del hábito ya establecido, sin interrupciones largas que rompan la secuencia. No puedes apilar dos hábitos que requieren demasiado tiempo entre sí o que interfiera con otras actividades. 

4. Un hábito bien establecido + uno nuevo – La clave está en unir un hábito sólido con uno que deseas incorporar. Si intentas apilar dos hábitos nuevos, será más difícil mantener la constancia.

5. Simplicidad y fluidez – Si al intentar unir hábitos sientes resistencia o incomodidad, probablemente no sea una combinación efectiva. Los hábitos deben fluir de manera natural sin que se sienta forzado dentro de tu rutina.

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Para ayudarte a apilar tus hábitos, utiliza esta frase a modo de ejemplo: «Después de X, haré Y». Por ejemplo, en el caso Eva fue, después de hacer la cama, escribiré mi gratitud diaria. En el mío, antes de desayunar, beberé dos vasos de agua. El tuyo podría ser, después de servirme el café, leeré media hora o después de ponerme los zapatos al llegar a casa, guardaré mi bolso y llaves en su lugar. También puede ser, después de cerrar el grifo tras lavarme las manos, limpiaré rápidamente el lavabo o después de hacer la colada de la ropa y que ésta se haya secado, la doblaré inmediatamente y la colocaré en su lugar.

Con los ejemplos que te he dado y los tips, estoy segura que ahora tienes una idea mucho más clara de cómo apilar hábitos para mejorar tu productividad.

Por experiencia te digo que el apilamiento de hábitos es una estrategia efectiva para integrar nuevos hábitos. Pequeñas acciones, bien enlazadas, pueden generar grandes transformaciones a lo largo del tiempo. Al ponerlo en práctica, verás como ese nuevo habito fluye de forma natural en tu vida. 

Espero que esta información te haya sido útil 🩷 y que encuentres en el apilamiento de hábitos una manera sencilla y efectiva de mejorar tu rutina. No hace falta hacer grandes cambios de golpe; solo basta con empezar poco a poco. Anímate a probarlo y verás cómo ese hábito que tanto se ha resistido, termina entrando en tu vida de forma natural, sin mucho esfuerzo y pronto será parte de tus rutinas.

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PD. Si quieres más información sobre los hábitos, te recomiendo los tres libros que menciono en mi post sobre cumplir propósitos. Entre ellos, te destaco el libro de «Hábitos atómicos», del escritor estadounidense James Clear, uno de los grandes precursores del concepto habit stacking o apilamiento de hábitos.