No cabe duda que somos la generación que más fotos acumula. Cualquier persona de menos de 30 años tiene su historia personal contada por jpg o png, que bien caben en una enciclopedia. Tenemos más imágenes de nosotros mismos, que lo que pudieron llegar a tener todas las generaciones de la humanidad que nos han precedido y sin embargo, ¿Qué hacemos con ellas? ¿Valoramos las fotos que tenemos o es un mero afán de acumular momentos solo para compartirlos por las redes sociales?
Hace unos días, una amiga publicaba en su red social algunas fotos que con sumo cuidado y primor había guardado su madre (una pequeña parte es la que ves en la portada que acompaña a este post). Las fotos han estado guardadas junto con cartas, relatos de su padre, postales, telegramas, sobres y estampillas. Una preciosa colección de fotos en blanco y negro que hoy ella está organizando en medio de la nostalgia y el recuerdo de momentos llenos de alegrías y también tristezas. Como ella dice, «era una vida más placentera, sin el estrés del mundo actual».
El encanto de disfrutar y admirar una fotografía y el hecho de guardarla en un álbum junto con otras cosas del momento, se ha ido perdiendo. Es tal la cantidad de fotos que guardamos en el móvil, la tablet, el ordenador o discos externos, que cuando la memoria de esos dispositivos está a su límite, nos vemos obligados a borrar, descargar o alquilar un espacio en servidores, hosting, centro de datos o más comúnmente llamados, nube o icloud. Una lugar indefinido y difuso en el medio de quien sabe donde.
Nuestra capacidad de recordar es limitada por mucha memoria de elefante que nos ufanemos en tener. Es imposible que podamos recordar las tres mil o cinco mil fotos que poseemos. Si alquilamos espacio en esa famosa nube, eso se convierte en dinero tirado a la basura, porque más temprano que tarde, olvidaremos que las tenemos almacenadas. No se trata de tomar fotos y guardar sin sentido ni orden.
El rescate de las fotos a través del Scrapbooking
El valor de una buena fotografía y la historia o el momento que le acompaña no tienen precio. Ese instante no se volverá a repetir nunca por más que lo intentemos. Te has dado cuenta, que de 50 fotos que puedas tomar en una actividad, al final te gustan dos o tres que se convierten en tus favoritas. ¿Increíble verdad?
Las madres de familia estadounidense de los años 80 del siglo XX , popularizaron una técnica de manualidades llamada Scrapbooking, un término en inglés que se traduce como libro de recortes. Hoy se ha convertido en una industria, pero sus orígenes se remontan a muchas décadas atrás.
Esto no es otra cosa que hacer tu misma álbumes de fotos, de recortar y pegar cosas bonitas, buscando que sean personalizadas e interactivas y que sus páginas tengan algún elemento sorpresa y nos despierte nuestros más entrañables sentimientos.
Se trata de diseñar con elementos tan sencillos como un trozos de papel escritos a mano, colocar adornos en madera, botones, washi-tape, cintas, pegatinas (calcomanías o stickers), perlitas, etiquetas o thickers (alfabetos con volumen). Pueden ser muchas cosas, pero no es necesario usarlas todas a la vez.
Si las páginas de los álbumes de antaño eran de color negro o blanco, que con el tiempo se volvieron amarillas, hoy a parte de lo que he detallado antes, hay infinidad de papeles decorados, telas, cartulinas y cartones, que han sido tratados para que el tiempo las conserve con sus colores originales.
La forma de un álbum de fotos tipo Scrapbooking ya no es solo como el formato libro, sino que hay de diseños curiosos y originales como una piña, una cámara fotográfica, una casita o una maletita, por ejemplo.
Si te gustan las manualidades y la fotografía, el Scrapbooking te encantará y si es así, te invito a que hagas lo siguiente:
- Busca fotos en tus archivos digitales.
- Selecciona tus imágenes sobre una base temática: un cumpleaños, un viaje un aniversario, por ejemplo.
- Organízalas.
- Llévalas a imprimir o imprímelas e casa. (También hay impresoras portátiles que imprimen tus fotos desde una aplicación de tu móvil)
- Crea tu álbum. Puedes comprar álbumes pre diseñados que ya vienen encuadernados y con las páginas en cartulina, listas para echar rienda suelta a nuestra imaginación.
Hay recursos decorativos muy prácticos y económicos. En un post que escribí hace poco, te daba algunos tips para decorar una agenda bullet journal cuando se viaja. Estas sugerencias no son solo para una agenda tipo Bullet Journal, valen perfectamente para álbum con fotografías.
En el mercado hay herramientas básicas para Scrapbooking que te ayudarán diseñar tu álbum con más rapidez y creatividad. Sin duda, seguiremos hablando sobre este tema. Y tu, ¿Qué haces con tus fotos digitales?
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Nota: La foto del encabezado que acompaña este post, es cortesía de mi amiga GM. A ella agradezco profundamente el que podamos disfrutar de sus recuerdos.
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